El amor es inexistente en mi vida, el vacío que envuelve mi mirada cada día se nota más.
No sueño despierta y mientras sueñe dormida sabré que aún estoy viva, pero cada día se asemejan menos esos sueños a la realidad.
Cada día se forran más de oscuridad y al despertar solo recuerdo pequeños momentos de luz.
Soñar que tengo sueño es aún más rutinario cada noche.
El día que sueñe que duermo, ya no volveré a despertar porque ya no soñaré, solo dormiré tanto de cuerpo como de alma.
Ese día ya nada importará porque ya solo quedará de mi, pequeños trozos de alientos, suspiros y recuerdos.
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