Erase una vez una flor, una flor muy bella pero muy triste, ella sola se apartaba de las demás, ella sola se hacia daño, vivía a base de sol y chocolate. Ella sola se dañaba, era su unica enemiga, sus recuerdos eran rafagas de viento que dañaban sus petalos, sus pensamientos eran pura locura y ella misma sabia que no se alimentaba de agua sino de esa locura. Podia brillar en cuestion de segundos y antes de un abrir y cerrar de ojos podia envolverse de melancolia y mal humor a la vez. Toda ella era ambivalente. Todos querian tocarla pero nadie tenerla en su jardín, ella era veneno y se envenenaba ella sola. Ella era pura energia para los demás pero sin embargo esa energia a ella no le valía para nada. Se enamoraba de cualquiera y tendia a idealizarlo porque ella vivia en su propio mundo en su propia realidad, y cuando descubría la verdad verdadera de la realidad unica que existía a su alrededor, moria por dentro, se debilitaba, se asfixiaba en el mundo imaginario que anhelaba.
